El sector de telecomunicaciones en México reportó ingresos por $154,119 millones de pesos (mdp) en el segundo trimestre de 2025, lo que representa un crecimiento anual de 4.3%.
Se trata de la mayor alza desde el tercer trimestre de 2024, impulsada principalmente por la expansión de servicios de fibra óptica y la adopción de redes móviles 5G en áreas urbanas, de acuerdo con una publicación de Ernesto Piedras, director general de The Competitive Intelligence Unit (The CIU), consultora especializada en telecomunicaciones.
Este desempeño contrasta con el estancamiento de la televisión de paga, que acumula 16 trimestres consecutivos de caídas.
Las previsiones macroeconómicas también ofrecen un contexto favorable. El Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó al alza sus expectativas de crecimiento para México, de -0.3% a +0.2%, mientras que Banxico incrementó su proyección en 0.3%. En este escenario, el sector telecom se perfila como uno de los motores de recuperación económica, al atraer inversión y dinamizar servicios digitales.
El dilema del 5G: entre avances y promesas incumplidas
Pese al dinamismo del sector, México mantiene un rezago notable en la adopción plena del 5G frente a otras regiones. De acuerdo con 5G Américas, América Latina cuenta con 50 redes activas, por debajo de Europa y Asia (que tienen más de 190 en conjunto) e incluso detrás de África (56). Brasil y Chile marcan la excepción en la región: el primero con una licitación exitosa en 2021 que detonó despliegues comerciales, y el segundo con políticas sostenidas de digitalización.
México, en contraste, no ha concretado procesos formales de licitación. Bandas críticas como la de 3.5 GHz continúan ocupadas o pendientes de reorganización, mientras que otras como la de 2.5 y 3.45 GHz se utilizan solo parcialmente. A ello se suman costos elevados por el uso de espectro y obligaciones regulatorias poco atractivas para los operadores.
El proceso de subasta previsto para 2024 fue cancelado por falta de interesados, dejando al país con lo que especialistas de The CIU denominan redes “pseudo-5G”: implementaciones apoyadas en arquitectura 4G que carecen de las capacidades de velocidad gigabit, latencia ultrabaja o conexión masiva de dispositivos.
Competitividad y oportunidad industrial
El retraso mexicano tiene implicaciones más allá de la conectividad. Industrias estratégicas como la automotriz, la manufactura de exportación y la logística multimodal requieren redes avanzadas para mantener su competitividad global. En otros países, el 5G ya se utiliza como palanca de transformación: Corea del Sur lo orienta a experiencias de consumo masivo, Alemania a la industria 4.0 y Brasil a la agricultura de precisión.
México necesita una hoja de ruta nacional clara, con precios de espectro realistas, certidumbre regulatoria y un calendario de subastas definido. Sin estos elementos, el país corre el riesgo de limitar el potencial del 5G a un despliegue incompleto y sin beneficios tangibles para la economía.
Mientras tanto, los ingresos siguen apalancados en la fibra óptica, que crece a doble dígito con mayor cobertura residencial y empresarial, y en la telefonía móvil, donde la demanda de datos continúa en ascenso. Los operadores invierten en expansión de infraestructura, aunque con la incertidumbre regulatoria como telón de fondo.
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